• Un poco de historia

    La historia de Almadén está ligada al cinabrio. Existen vestigios de ocupación humana que datan de la Edad de Bronce (3500-2500 a.C.) con representaciones pictóricas en los abrigos de la sierra hechos con el polvo rojo del cinabrio. + información sobre el cinabrio.

    En época romana la mina se encuentra en la región Sisaponense, encontrando vestigios de villas romanas dentro del término de Almadén.

    La explotación del cinabrio debió comenzar en el siglo II a.C. siendo su principal uso como colorante.

    Después del periodo romano, la actividad minera entra en decadencia hasta la llegada de los árabes, que emplean el cinabrio y el azogue en alquimia, para lo cual construyen los primeros hornos de metalurgia, llamados de xabecas o jabecas.

    Con la Reconquista, estas tierras pasan a depender de la Orden de Calatrava, formando parte de su Maestrazgo.

    Es probable que los árabes estuvieran explotando las minas hasta 1135 en que Alfonso VII conquistó estos territorios y los cedió a los Templarios, quienes antes las escaramuzas constantes de los árabes cedieron todo el territorio de Calatrava juntos a las minas a Sancho III.

    Los primeros años fué la propia Orden de Calatrava quien se encargó de la explotación de la mina y la comercialización del mercurio, pero no tardó mucho en arrendar ambas actividades a particulares.

    A principios del siglo XVI, Almadén era un pequeño asentamiento minero compuesto por el yacimiento de cinabrio, unos pequeños hornos de destilación, un pequeño castillo y unas pocas casas. La producción de mercurio era escasa y los usos del azogue habían sufrido pocas variantes con respecto a lo desarrollado por los árabes.

    En 1525, se produce el arrendamiento de las minas de Almadén a los banqueros alemanes Fugger como parte del contrato que hicieron sobre los Maestrazgos de las Órdenes de Santiago, Calatrava y Alcántara y como aval de sus adelantos monetarios para financiar la elección imperial y las guerras de Carlos V. Estos gestionan todo este patrimonio desde Almagro, enviando a Almadén en el periodo comprendido entre 1525 y 1645 a un factor que se encarga de la gestión y se aloja en la Casa de los Fúcares.

    En 1492 con el descubrimiento de América, se inicia un periodo de expansión como consecuencia de la utilización del mercurio en la amalgamación del oro y plata en las minas americanas.

    La localidad crecerá vinculada a las necesidades de la producción de mineral. Por un lado, como lugar de residencia de los trabajadores. Por otro, estableciendo instalaciones directamente al servicio de las minas, como una primera Cárcel de forzados, La Crujía, que ya funcionaba en 1525, en la que existía una enfermería. Fue sustituida por otra de mayor en 1754.

    El aumento del número de trabajadores, y las epidemias por el hacinamiento en las viviendas, donde podían vivir hasta 4 o 5 familias por casa, llevaron a construir el Hospital de Mineros de San Rafael, para los trabajadores y sus familias, en el siglo XVIII.

    Para ayudar a la financiación y el mantenimiento del Hospital el superintendente D. Francisco Javier De Villegas promovió la construcción de una Plaza de Toros, que por la parte exterior era ocupada por 24 viviendas, cuyo alquiler era destinado a financiar la construcción del Hospital.

    Otro edificio que se construyó en Almadén es la Academia de Minas en 1777 bajo el reinado de Carlos III, que permitirá formar los futuros capataces que mejorarán los sistemas utilizados en la explotación minera.

    En 1835, se concede la exclusiva de comercialización del mercurio a la Banca Rothschild hasta 1921, en que nuevamente pasan a ser explotadas por la Hacienda española, hasta su cierre definitivo en 2003.

    En el año 2012 se incluye en la lista de lugares declarados Patrimonio Mundial del Mercurio por la UNESCO junto con la ciudad eslovena de Idrija.

  • Patrimonio Mundial del Mercurio

    Almadén e Idrija son dos localidades con explotaciones mineras en las que se ha creado una cultura propia, que ha influido en su entorno y en sus habitantes de diferentes maneras inculcando a sus habitantes una motivación para luchar contra el destino.

    A pesar de que la historia de los yacimientos está plagada de sucesos terribles de triste memoria, a lo largo de los siglos se ha generado un considerable sentimiento de pertenencia, estrechamente vinculado al trabajo en las minas, que se ha transmitido de generación en generación.

    La propiedad incluye los yacimientos mineros de Almadén (España), donde se ha extraído el mercurio (azogue) desde la antigüedad, y de Idrija (Eslovenia), donde se encontró el mercurio por primera vez en el año 1490. La propiedad española incluye edificios relacionados con su historia minera, como el castillo de Retamar, edificios religiosos y viviendas tradicionales. En el yacimiento de Idrija destacan los almacenes de mercurio y las infraestructuras, así como las viviendas de los mineros y un teatro minero.

  • ¿Por qué somos Patrimonio?

    Para ser incluidos en la Lista de Patrimonio Mundial, los sitios deben tener un valor universal excepcional y cumplir al menos uno de los diez criterios de selección de la UNESCO.

    En el caso del patrimonio cultural se refiere a los monumentos, grupos de edificios y lugares con valor histórico, estético, arqueológico, científico, etnológico o antropológico.

    Almadén e Idrija son un claro ejemplo de patrimonio cultural industrial y geológico con una cultura basada en el respeto a su pasado. Ambas localidades se caracterizan por un alto grado de integridad y autenticidad, derivado en parte de la conciencia de las comunidades de su gran importancia, de su arraigo y del sentido de pertenencia, basada en el compromiso con la cultura.

    La anomalía geológica que dio lugar a los mayores yacimientos de mercurio y su posterior uso en la producción de plata hace que las minas de Almadén e Idrija representan ejemplos excepcionales de interacción humana con el medio ambiente.

    Almadén e Idrija se diferencian por el tipo de mercurio de sus respectivos yacimientos, siendo cada uno de ellos el más importante del mundo en su clase. En el caso de Almadén, es el mayor en términos absolutos y porque ofrece cinabrio masivo. En el caso de Idrija, es donde se encuentra la mayor proporción de mercurio nativo (en forma líquida).

    Por ello, ambas ciudades conscientes de la importancia de su patrimonio decidieron preparar una candidatura conjunta para ser incluidos en la Lista de sitios Patrimonio Mundial de la UNESCO.

    Existen muchas similitudes entre los dos sitios mineros: la forma en que la población respondió a las difíciles condiciones de vida en la producción de mercurio y su respuesta técnica y científica a los retos.

    Desde el punto de vista de la ingeniería minera, ambas explotaciones han sido el ejemplo a seguir en las minas de mercurio a lo largo de la historia por los métodos y técnicas en ellos empleados, por lo que son los más representativos de esta industria en la historia de la humanidad.

    En Almadén e Idrija, las minas y sus instalaciones son más que suficientes para mostrar la evolución de la ciencia y la tecnología en los campos de la geología, la mineralogía y la metalurgia, así como en la ingeniería civil y mecánica aplicada a la minería.

    El desarrollo tecnológico se manifiesta no sólo en las minas, sino también en el trabajo realizado por mineros, ingenieros de minas y arquitectos que contribuyeron a configurar el aspecto urbano de las poblaciones, con edificios emblemáticos y singulares, demostrando la completa formación técnica que poseían los profesionales de la época y su hábil utilización de materiales, espacios y formas de aplicación.

    Las dos minas se complementaron en el envío de mercurio a todo el mundo, propiciando un importante intercambio económico, social y cultural entre Europa y América, impulsando el desarrollo científico y tecnológico como atestigua el continuo intercambio de conocimientos y equipos.

    La cultura inmaterial y la artesanía (encajes de Idrija y Almadén, música, canto coral y manifestaciones artísticas) fueron en gran medida producto directo del trabajo de los familiares de los mineros u homenajes a su heroísmo cotidiano y, por tanto, símbolos.

  • Historia de la nominación

    Almadén ha sido candidata a ser incluida en la lista de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en tres ocasiones.

    La primera de ellas fue presentada como «Ruta del Binomio de la Plata y el Mercurio en el Camino Intercontinental», candidatura compartida con otras dos localizaciones, las minas de San Luis Potosí (México) y las minas de Idrija (Eslovenia).
    La presentación fue en Sevilla en 2009, quedando a un solo punto.

    La segunda vez fue en Brasilia (Brasil) en 2010, quedando también a las puertas, a consecuencia de fallos en pequeños detalles en el proyecto de San Luis de Potosí (México).

    Almadén junto a Idrija, volvió a presentar la candidatura por tercera vez en París en el año 2012, esta vez sin San Luis de Potosí por renuncia expresa de estos. La candidatura se presentó con el nombre de «Patrimonio del Mercurio Idria y Almadén».

    El 30 de junio de 2012, en San Petersburgo, UNESCO reconoció su carácter histórico y se convirtió en la tercera ciudad castellanomanchego en conseguir esta distinción.

    El Comité reconoció su valor como las minas de mercurio más grandes del mundo y ejemplos únicos de la explotación de este metal a lo largo de los siglos.

  • El mercurio y sus usos

    El mercurio se extrae del cinabrio que es un mineral que pertenece al grupo de los sulfuros, compuesto en un 85% de mercurio y en un 15% de azufre. Es un material muy pesado, blando y opaco de aspecto terroso y una de las principales fuentes de mercurio.

    Se puede encontrar en filones de origen hidrotermal de baja temperatura y en yacimientos de impregnación sobre rocas porosas como en Almadén, el cual fue mencionado por Estrabón (siglo I a.C.) y por Plinio el Viejo (siglo I), como una de las fuentes más grandes a lo largo de la historia y la única que se ha explotado ininterrumpidamente durante más de dos mil años.

    Después de un proceso metalúrgico de tostación y destilación del mineral cinabrio en unos hornos expresamente preparados para ellos se obtiene el mercurio líquido.

    El mercurio es un metal raro y único. A temperatura ambiente es líquido, y tiene una densidad muy alta, un litro pesa 13,6 kg. Tiene un brillo metálico. Al aumentar de temperatura se dilata uniformemente. Es conductor del calor y la electricidad. Es capaz de formar aleaciones con la mayoría de los minerales a temperatura ambiente.

    Debido a sus propiedades químicas y físicas únicas, el mercurio ha sido un metal fundamental en la ciencia, la tecnología, la industria, la medicina, la cultura y la vida cotidiana desde la prehistoria hasta nuestros días. Su relevancia ha ido cambiando a lo largo de los siglos: ha pasado de ser una sustancia misteriosa y mística a una importante materia prima vinculada al rápido desarrollo técnico.

    Desde la antigüedad, el mercurio y sus compuestos se utilizaban para tratar y prevenir numerosas enfermedades cutáneas, venéreas y de otro tipo. Era útil como conservante en las vacunas y como antiséptico en los preparados para cortes y raspaduras.

    Como el mercurio es líquido y tiene una alta densidad, durante varios siglos fue indispensable en los instrumentos utilizados para medir la presión de gases y fluidos. Debido a su expansión térmica uniforme, era muy adecuado en la fabricación de termómetros. Las primeras fotografías sobre vidrio se hicieron con mercurio.

    El mercurio forma amalgamas con la mayoría de los metales. Los empastes dentales de amalgama son ampliamente conocidos, mientras que las amalgamas de estaño permitieron el desarrollo de grandes espejos.

    A partir del siglo XVI, con el descubrimiento del método de amalgamación se emplearon grandes cantidades para extraer el oro y la plata del mineral americano, contribuyendo de forma decisiva a la economía mundial.

    Una situación similar se produjo en la segunda mitad del siglo XX, con un uso masivo en la industria química (fabricación de plásticos), la industria bélica (producción de explosivos), la industria eléctrica (alumbrado y baterías) y en la agricultura (producción de aerosoles).

    Se ha empleado como propulsor para las naves espaciales.

    Debido a su brillo y alta reflectividad de la luz, el mercurio también se utilizó en telescopios especiales diseñados para la exploración espacial.

  • Importancia del mercurio en la economía mundial

    A mediados del siglo XVI, los conquistadores españoles descubrieron ricos yacimientos de plata y oro en Sudamérica. Con la ayuda del mercurio, extrajeron estos metales preciosos del mineral triturado.

    El procedimiento de amalgamación fue introducido por Bartolomé de Medina en 1555. El tratamiento de los minerales con mercurio permitió la extracción de oro y plata en un procedimiento sencillo y de bajo coste.

    En los siglos siguientes llegaron al mercado europeo enormes cantidades de plata que se utilizaron para acuñar monedas, lo que potenció el comercio y la revolución industrial y, en consecuencia, hizo florecer la economía, la cultura y la ciencia. El mercurio procedente de España e Idrija también contribuyó a este progreso. Más de un tercio de todo el mercurio producido en el mundo se utilizaba para la extracción de oro y plata por amalgama. Esto provocó posteriormente un aumento de la demanda de mercurio, lo que aceleró las actividades mineras y la expansión de las minas de mercurio por toda Europa.

    Los compuestos de mercurio también coadyuvaron al progreso tecnológico y cambiaron la imagen del mundo. Sin embargo, debido a su toxicidad, durabilidad, explosividad y otras características, también han llamado la atención sobre los peligros de su uso incontrolado.

  • El ciclo del mercurio en el medio ambiente

    El mercurio está presente de forma natural en el medio ambiente y forma parte del ciclo de la naturaleza. Llega a la atmósfera a través de las erupciones volcánicas, las emisiones industriales y otras actividades humanas, y cae del aire a través de las precipitaciones a la superficie de la Tierra, donde se acumula o viaja en las aguas superficiales hasta los océanos. Se acumula en los organismos y a través de ellos entra en la cadena alimentaria. El mercurio elemental entra en el cuerpo humano principalmente por inhalación. Los compuestos orgánicos de mercurio son especialmente peligrosos para la salud, ya que cualquier contacto con ellos puede provocar enfermedades graves. La exposición humana a largo plazo, incluso a bajas concentraciones de mercurio y sus compuestos, tiene un efecto perjudicial en el funcionamiento del sistema nervioso central.

    Debido a su toxicidad y a su vasto consumo, el mercurio se ha convertido en un peligro para la salud humana y el medio ambiente. En los años 50, se produjeron envenenamientos masivos con metilmercurio en la bahía de Minamata (Japón), debido a las emisiones de aguas residuales de una planta química. La toma de conciencia de la excesiva carga del mercurio en el medio ambiente y sus consecuencias nocivas llevó a su abandono y a la prohibición de su uso en la Unión Europea.

    En 2005, la Comisión Europea adoptó la "Estrategia comunitaria sobre el mercurio", cuyo objetivo es hacer frente a la contaminación por mercurio. En la Estrategia, la Comisión presenta varias acciones para reducir las emisiones y el uso de mercurio en Europa y en el mundo, incluida una propuesta para prohibir las exportaciones de mercurio desde la UE a partir de 2011. Sobre la base de la Estrategia, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea adoptaron en 2008 el Reglamento que prohíbe las exportaciones de mercurio metálico y de determinados compuestos y mezclas de mercurio, así como el almacenamiento seguro del mercurio metálico. En 2017 el Reglamento fue modificado y estipula medidas y condiciones relativas al uso y almacenamiento de mercurio, compuestos y mezclas de mercurio y su comercio, la producción y uso de productos con mercurio añadido y su comercio, y la manipulación de residuos que contienen mercurio, con el fin de garantizar un alto nivel de protección de la salud humana y el medio ambiente contra las emisiones antropogénicas y las emisiones de mercurio y sus compuestos.

    El 10 de octubre de 2013, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) adoptó, en una conferencia celebrada en la ciudad japonesa de Kumamoto, el Convenio de Minamata sobre el Mercurio, que prohíbe el uso, la producción y el comercio del mercurio